En Sed de Mal (Orson Welles 1985), al comienzo del film, la camara se sitúa sobre unas manos que colocan una bomba. Sin cortar ese plano en ningún momento, la cámara va siguiendo a personajes que entran en escena. Una pareja risueña, el hombre que coloca la bomba dentro de un coche, después vemos a la pareja que sube a ese coche, arrancan y circulan por las calles. El coche llega al puesto de control (la accion se sitúa en un paso fronterizo entre México y Estados Unidos) y el conductor habla con los agentes del paso. Vemos gente cruzando la frontera, la bomba estalla y se corta uno de los planos secuencias más fantásticos de la historia del cine.  

No pude evitar de acordarme de Sed de Mal cuando vi Right Up Our Alley, un vídeo en YouTube que colgó Jay Christensen, un camarógrafo y piloto de drones de la productora Rally Studios de Minneapolis.

La secuencia muestra una cámara subjetiva de un dron, entrando en una bolera y volando por diferentes partes del establecimiento. El plano no solo es increíble por la pericia con la que Jay maneja el dron, también por la perfecta coreografía interpretada por los diferentes personajes que aparecen en el vídeo.

Todo ha sido grabado con el nuevo sistema DJI FPV, que combina la vista en primera persona, gracias a las gafas, un mando a distancia especifico y una novedosa opción de control del movimiento, que permite dirigir el dron solo con movimientos de una mano. Parece que Jay Christensen lleva tiempo trabajando en la combinación de drones de carreras y el barrido cinematográfico de la cámara de drones más tradicionales. A juzgar por el resultado de esta escena, su trabajo ha dado frutos.

Disfrutad de esta maravilla pinchando en la imagen.